Jesús los llamó: «Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!». (Evangelio según San Marcos 1:17)

Algunos autores comparan estas palabras de Jesús a sus discípulos con el reclutamiento de seguidores o «líderes» para una causa o inclusive lo ponen a un nivel de contratación administrativa. Pero en ambos casos, aquellos que son requeridos deben cumplir con ciertas características (currículo, preparación académica, aspiración a una retribución).  Pero el llamado de Jesús no se centra en las capacidades de quien llama, sino en las personas. Por eso, quien obedece a su sagrado llamamiento con aspiraciones de posición o ingresos,  al final siempre se frustra. Porque Jesús convoca a servir, no buscando beneficio propio, sino motivado por amor al otro.

¿Cuál es tu motivación al seguir a Jesús? ¿Está centrada tu expectativa en recibir un título y una posición, o en el servicio por amor a los demás?